Con el invierno en pleno apogeo y la gente pasando la mayor parte del tiempo en los confines más cálidos de las casas y las oficinas, el resfriado común es muy visible. Esto significa que hay muchos resfriados, mucho dolor de garganta y, por supuesto, no faltan los ataques de tos.
En la mayoría de los casos, estas molestas afecciones pasan en una o dos semanas. Pero, a diferencia de un dolor de garganta o una nariz tapada, la tos común suele persistir durante semanas, incluso meses, lo que dificulta al afectado la realización de muchas actividades bastante normales, desde hacer ejercicio hasta concentrarse en el trabajo o dormir un poco por la noche. En respuesta, muchas personas recurren a los medicamentos de venta libre o incluso a los recetados, pero no es ideal tomarlos durante largos periodos
1. Tomar agua
Esto es bastante sencillo: si quieres combatir eficazmente un resfriado y, en concreto, una tos persistente, tienes que suministrar a tu cuerpo suficiente agua para mantenerlo hidratado.
Es importante beber mucha agua porque, cuando sufrimos una infección del tracto respiratorio superior, los fluidos de nuestras fosas nasales tienden a filtrarse por la garganta hacia los pulmones, lo que a menudo nos provoca tos. Si mantenemos unos niveles de hidratación más altos, podemos aflojar estos fluidos y reducir las posibilidades de que nos provoquen tos. Además, proporcionar a nuestro cuerpo mucha agua puede ayudar a humedecer nuestras membranas mucosas, reduciendo la posibilidad de tos seca.