Normalmente, las bursas (bolsas de líquido) ubicadas alrededor del cuerpo tienen el propósito de prevenir el dolor al reducir la fricción entre las partes móviles. Estas bursas actúan como amortiguadores entre huesos, tendones y músculos. Sin embargo, a veces pueden hacer lo contrario. Si se inflaman, pueden causar algunos problemas graves.
La bursitis puede ocurrir por movimientos repetitivos o incluso por la falta de movimiento durante largos períodos de tiempo. Demos un vistazo más de cerca a las causas de la bursitis y lo que se puede hacer al respecto.
Puede ser más que simplemente un dolor
WebMD explica que si bien el dolor que “puede acumularse lentamente o ser repentino y severo” es la principal señal de bursitis, también existen otras causas. Por ejemplo, de acuerdo con esta fuente, se puede notar que las articulaciones están rígidas e hinchadas junto con un enrojecimiento revelador.
Esta fuente dice que podría haber síntomas que justifiquen una atención médica más inmediata. Estos incluyen una fiebre de más de 102 grados Fahrenheit, así como una “enfermedad general” o problemas para mover una articulación en particular. Aparecen con mayor frecuencia en los codos, hombros, caderas, rodillas, talones, glúteos o muslos.