Si has sufrido una infección del oído interno, sabes lo debilitante que puede ser, y la enfermedad de Ménière no es diferente. Según la Clínica Mayo, la enfermedad de Ménière causa episodios de vértigo (mareos o “la sensación de que habitación da vueltas”) debido al líquido que llena los conductos de los oídos internos. Además de los mareos y las náuseas, los brotes también pueden causar cierta pérdida de audición, en uno o ambos oídos, y un zumbido constante. Es posible que haya ocasiones en las que no puedas conducir, trabajar o realizar tus actividades diarias habituales, aunque esta afección crónica varía mucho de una persona a otra. Desafortunadamente, la enfermedad no es curable actualmente, pero existen muchas opciones de tratamiento que pueden ayudar a controlar la enfermedad con éxito.
Quédate atento a estos 10 signos y síntomas de la enfermedad de Ménière, y consulta a tu médico si experimentas alguno de ellos…
1. Mareos
La enfermedad de Ménière a menudo no se diagnostica temprano porque es posible que al principio solo experimentes un síntoma, los mareos, lo que dificulta que tu médico lo vincule con dicha patología. Los mareos pueden ser causados por muchas enfermedades e infecciones diferentes, pero es uno de los principales síntomas asociados con la enfermedad de Ménière. Es además un síntoma muy inconveniente y molesto con el que tener que lidiar, y puede tener un efecto negativo en tu vida diaria.
El oído interno es el responsable de tu equilibrio, y dado que la enfermedad ataca los conductos de esa zona, es posible que sufras mareos cuando estás experimentando un brote de la enfermedad. Si tienes mareos como resultado de un ataque de la enfermedad de Ménière, es posible que te sientas inseguro y sientas que el mundo se vuelve inestable a tu alrededor. En casos severos, los mareos pueden hacer que te caigas o tropieces mientras caminas, lo que hace que sea peligroso conducir, trabajar o simplemente caminar.