El cuerpo humano está compuesto de, aproximadamente, un 70 por ciento de agua. Por lo tanto, es lógico que los líquidos sean vitales para la mayoría de nuestras funciones corporales: proteger las articulaciones, mantener el funcionamiento de los órganos, transportar oxígeno a las células y mantener la temperatura corporal. También tiene sentido que el cuerpo pueda deshidratarse con bastante rapidez debido al exceso de sudoración, el calor, la exposición al sol y la falta de líquidos a lo largo del día.
Sin embargo, si usted es activo/a -o si suda en exceso-, reponer los niveles de agua regularmente a lo largo del día es aún más importante para prevenir la deshidratación. A continuación, mencionamos 16 señales reveladoras (sin ningún orden en particular) de que su cuerpo está experimentando una deshidratación peligrosa…
1. Cansancio
Cuando el cuerpo sufre una deshidratación crónica, el flujo sanguíneo y la presión arterial disminuyen debido a la falta de agua y oxígeno en la sangre. Básicamente, la deshidratación se produce cuando el cuerpo pierde más agua de la que ingiere. Esto causa disfunción muscular y nerviosa, como resultado de la sudoración profusa después del esfuerzo. “El mecanismo de defensa del cuerpo ante la deshidratación es cerrar el suministro de sangre a los órganos ‘no vitales’”, dice el doctor Robert Korn, MD, director médico de GoHealth Urgent Care, en charla con Self. Esto hace que la persona comience a sentirse perezosa, ya que su cuerpo comienza a funcionar a un ritmo más lento.
Si tiene una gripe estomacal y sufre pérdida de agua (debido a una combinación de vómitos y/o diarrea), a menudo se sentirá fatigado/a. Por eso, los médicos recomiendan descansar y tomar muchos líquidos (como agua, jugos e infusiones), para reponer los niveles de agua perdidos.