Para algunos de nosotros, que somos adultos, pensar en las facturas impagas o en esa reunión importante del día siguiente, puede ser suficiente para despertarnos en mitad de la noche empapados en sudor frío. Tus hijos, por otro lado, también pueden experimentar un sueño agitado, pero (con suerte) por motivos completamente distintos.
Afortunadamente, muchos de los motivos por los cuales tu niño se despierta de forma abrupta pueden resolverse fácilmente (y puede que solo esté pasando por una fase que se corregirá por sí sola). Aquí se enumeran siete razones que hacen que tu niño no duerma toda la noche, y cómo ayudarlos para que puedan dormir mejor (y, con suerte, lograr que tú también puedas descansar).
1. Temperatura inadecuada de la habitación
Aunque te guste poner la calefacción al máximo o utilizar varias mantas, puede que esta no sea la mejor opción para que tu niño duerma cómodamente. BabyCenter.com explica que tu cuerpo debe bajar la temperatura interna de forma natural, por lo cual poner la calefacción al máximo no siempre es una buena idea.
Por otro lado, tampoco quieres que tu niño se despierte temblando, agrega. Usa un termómetro en la habitación y, para dormir, mantén la temperatura entre 65 y 70 grados Fahrenheit, sugiere la fuente. En esta temperatura, “viste a tu niño con una sola capa de ropa: un pantalón largo y una remera de manga larga”, agrega.