La hipoxemia se produce cuando una persona experimenta niveles de oxígeno en la sangre por debajo de lo normal, específicamente en las arterias. Según WebMD, esto puede dar lugar a lo que se conoce como hipoxia, “cuando la sangre no lleva suficiente oxígeno a los tejidos para satisfacer las necesidades del cuerpo”, aunque la hipoxia se utiliza a menudo para describir ambas condiciones.
Puede producirse de forma repentina como resultado de la toma de ciertos medicamentos o de un ataque de asma, o desarrollarse con el tiempo debido a problemas cardíacos o enfermedades pulmonares como el trastorno pulmonar obstructivo crónico (EPOC) y el enfisema. Aunque los síntomas de la hipoxia suelen variar de una persona a otra, a continuación se enumeran los cinco más comunes que hay que tener en cuenta.
Cambios en el color de la piel
Como los glóbulos rojos son los encargados de transportar el oxígeno a los tejidos del cuerpo, una cantidad insuficiente de ellos puede hacer que la piel cambie de color. Esto se conoce como cianosis, donde la piel adquiere una tonalidad azul, y es más evidente si los niveles de oxígeno descienden drásticamente.
Para aquellos con colores de piel más oscuros, Medline Plus dice que la cianosis “puede ser más fácil de ver en las membranas mucosas (labios, encías, alrededor de los ojos) y las uñas”.